501 - Leo Grosso lidera corte en la autopista del Buen Ayre

1.- Leo Grosso lidera corte en la autopista del Buen Ayre





2.- Leo Grosso quien soy

Nací en el barrio de Sáenz Peña, Partido de Tres de Febrero. En el seno de una familia peronista, pero en una época de muy poca politización. En esa época, la política para mí era algo muy lejano, que no enamoraba ni generaba ningún tipo de interés en mi generación. Fui a un colegio secundario cerca de mi casa, donde iban muchos pibes del barrio Ejército de los Andes, mal llamado Fuerte Apache. En el colegio y en el barrio fui viendo la realidad social que nos dejaba el neoliberalismo. Pibes que se desmayaban en el medio de la clase porque no tenían para comer y mucha deserción escolar. Desde ese lugar, la escuela, que en ese momento era un lugar de contención para tantos pibes, empezó mi militancia. Entre 1998 y 1999 hubo unas inundaciones muy graves en la Provincia de Buenos Aires y desde el colegio nos empezamos a organizar para juntar alimentos no perecederos, sábanas y ropa para los afectados. Esa primera experiencia me sirvió a mí y a mis compañeros para entender que organizándose, la realidad podía, aunque mínimamente, cambiarse.

Así surgió la organización del Centro de Estudiantes. Le pusimos Centro de Estudiantes "María Claudia Falcone" (estudiante desaparecida durante la última dictadura militar). A partir de allí surgió algo que iba a ser una constante: los sueños de esos compañeros que en los años 70 habían luchado para construir una Patria para todos: su ejemplo, su esfuerzo y su voluntad serían para siempre el faro que nos empujaba a organizarnos en esta nueva etapa de la Argentina. Cuando terminé el colegio secundario me ligué a un grupo de compañeros de la zona norte del gran Buenos Aires, con los que hacíamos trabajo territorial en el Barrio Las Tunas, Partido de Tigre. Si bien para ese momento ya había tenido muchos acercamientos con la organización y la militancia, la política seguía siendo algo lejano. La veía como algo que hacían algunos señores de traje y corbata en el centro y en los alrededores del Congreso, pero que no la veía como una herramienta para la transformación social. Éramos, decíamos, organizaciones sociales, no políticas. Éramos piqueteros. En esa experiencia conocí a compañeros con los que al día de hoy sigo militando, Federico Ugo, "La Colo" Cubría, Joaquín Noya. Compañeros con los que empezamos a dar una discusión hacia la política, y de a poco fuimos acercándonos a esa idea, que a partir de diciembre del 2001 empezaba a aparecer: la política no era sólo para esos señores de muy costosos trajes, sino también una herramienta del pueblo.

En ese proceso nos fuimos acercando a grupos piqueteros organizados nacional o provincialmente. Grupos piqueteros del peronismo revolucionario como el Movimiento Patriótico 20 de Diciembre y el Movimiento de Trabajadores Desocupados Evita. Sin embargo, la historia argentina dio un giro que nadie esperaba. Ese proceso de creciente politización que veíamos desde diciembre del 2001, esa mayor participación, esa organización popular, fueron interpretados por el nuevo presidente, un gobernador patagónico casi desconocido, que venía peleándose con el menemismo y el peronismo vendido a las corporaciones. Un verdadero fuera de serie: Néstor Kirchner. Las medidas que fue tomando Néstor nos fueron quitando toda la desconfianza que teníamos hacia su gobierno y nos fuimos enamorando de este proyecto político. La política de Derechos Humanos, la recuperación de la memoria de esos compañeros que nosotros veníamos levantando desde el secundario, las políticas de inclusión social, y, sobre todo, el llamamiento a la construcción del Proyecto Nacional. A partir de ahí se dio el salto definitivo a la política. Llegó el momento de la Unidad. En 2004, las organizaciones que veníamos del piquete, de la resistencia y que estábamos en ese camino hacia la política, decidimos empezar a organizarnos a nivel nacional y hacer los esfuerzos necesarios para parir la Unidad: El compañero Emilio Pérsico hace la convocatoria y así nace el Movimiento Evita, continuidad política de ese MTD Evita y de otras cientos de organizaciones, como la nuestra de Zona Norte, que decidimos salir a construir ese Proyecto Nacional al que nos había invitado Néstor. Había en este proceso político otra novedad muy importante: la participación creciente de la Juventud como el actor más dinámico del cambio. Es así que decidimos desde el Movimiento Evita, construir la Juventud Peronista Evita, rama juvenil del Movimiento y heredera de aquella Gloriosa JP que supo organizar a cientos de miles de compañeros en los años 70. Junto a cientos de compañeros en todo el país salimos a construir la JP Evita, con la memoria de los 30.000 compañeros desaparecidos, de Maxi y de Darío y de tantos compañeros que sufrieron las consecuencias del neoliberalismo. Con la mística de la lucha por un país más justo y con la fuerte esperanza de que de la mano de Néstor íbamos a hacer realidad todos esos sueños por los que tantos habían caído. Así llegaron las grandes medidas de este proyecto político: la recuperación de la Ex-Esma y la derogación de las leyes de impunidad, la intervención del Estado en la economía para generar políticas de inclusión, los millones de puestos de trabajo creados, la pelea contra el duahldismo en la provincia de Buenos Aires, la pelea contra las corporaciones mediáticas y la discusión sobre el rol de los medios, la asignación universal, la recuperación de las empresas privatizadas en los 90, el matrimonio igualitario y tantas otras.

En esas medidas y en las que seguramente van a venir es que nos sentimos representados. Para la profundización de este proyecto político es que estamos militando. Con la memoria de nuestros 30000 compañeros, Maxi y Darío y Néstor Kirchner.

Para eso militamos, por eso nos ORGANIZAMOS, organizarse para transformar, unirse para triunfar, La Liberación es posible.




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