429 - Stiuso, Bein, Carlés, Scioli y Santilli

1- 5 claves: Stiuso, Bein, Carlés, Scioli y Santilli

"Diego Santilli fue quien apostó al acuerdo Sergio Massa/Mauricio Macri", recuerda Arnaldo Paganetti (diario Río Negro). Le falta recordar la amistad entre Horacio Rodríguez Larreta y Massa. O la estrecha relación de Santilli con Gabriela Michetti antes de saltar con Rodríguez Larreta, algo que llevaría a la conclusión de que todo es volátil en la Argentina 2015. El concepto permite introducir en escena a Daniel Scioli, equilibrista notable, promotor de un zoo mucho más amplio y atractivo que el de Cristina. En ese esquema anda el economista Miguel Bein, quien aprende a explicar lo inexplicable y, probablemente porque no sería el 2do. ministro de Economía de Scioli (en estos gobiernos lo que importa es quién es el 2do. ministro, no el 1er. ministro), dice que él no devaluaría el peso. Roberto Carlés, en cambio, no es un buen equilibrista y por eso trastabilla su ambición de juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Tampoco Horacio Stiuso resultó tan hábil como equilibrista porque ya está afuera del poder pero ¿utilizará o no su capacidad de caño para jugar fuerte en el año electoral? Curioso lo de Stiuso como 'esperanza blanca' de Grupo Clarín cuando la oposición padece un amesetamiento extraordinario.

Por Urgente24
Domingo 19 de abril de 2015 - 10:12 hs
DIFÍCIL COYUNTURA 2015

5 claves: Stiuso, Bein, Carlés, Scioli y Santilli"(...) ¿Y cómo sería el después para Scioli si llegara a la Presidencia? Depende de a quién se escucha. (...)".
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). 5 claves de la coyuntura ajetreada. Antes, un gran interrogante: si el propio senador nacional Ernesto Sanz, presidente del Comité Nacional de la UCR, reconoce que Leopoldo Moreau "supo ser un dirigente radical, que hace rato tomó otros rumbos. Hace muchos años, él junto con algún otro grupo pequeño de dirigentes, tomó el camino de acercarse y formar parte del proyecto del Gobierno", ¿cómo es que recién ahora promete expulsarlo del partido político que él comanda?

¿Por qué no desplazó a Moreau de la UCR el anterior titular del Comité Nacional, Mario Barletta? ¿Por qué ni Ricardo Alfonsín ni su cercano colaborador  Miguel Bazze, líderes del Comité Bonaerense de la UCR (al que pertenece Moreau), tomaron esa iniciativa? Moreau es la expresión de la impotencia de la UCR, que anda por ahí mendigando un acuerdo, una alianza, un pacto, un frente, para intentar regresar al poder. Así, la UCR se asemeja cada día más al PJ, que fue un partido político y hoy es una franquicia que, por ahora, conducen Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner, Eduardo De Pedro y Carlos Zannini.

Ahora sí, a las 5 claves:

N°1: Del PRO al Frente Renovador (tema también abordado por Horacio Verbitsky en el diario Página/12, que le llama "Alianza Ma-Ma Mía!"):

Arnaldo Paganetti en el diario Río Negro: "En algún momento, no hace mucho, el senador Diego Santilli (a quien Horacio Rodríguez Larreta, el elegido por Mauricio Macri para sucederlo en el distrito porteño, invitó a secundarlo si es que le gana la interna a Gabriela Michetti), apostó por un acuerdo con Sergio Massa, del Frente Renovador, para tratar de derrotar al kirchnerismo en las elecciones de octubre.

Todo está muy tenso, ninguno de los dos (por Macri y Massa) quiere aflojar... habrá que esperar un poco más. Hoy por hoy, el Pro lleva a María Eugenia Vidal como candidata en la provincia de Buenos Aires, sentenció Santilli, conocedor de que el influyente círculo rojo alienta una unidad mayor y más sólida de la oposición. No podemos resignarnos ante el populismo que deja, al cabo de 12 años, un balance absolutamente negativo ni permitir que el que gane se lleve todo, pontificó uno de los más duros de ese sector de influyentes, Luis Etchevehere, de la Sociedad Rural. Nadie debe bajarse todavía, hay que esperar las novedades de los próximos meses, dijo a "Río Negro" un exponente del peronismo disidente que estuvo presente en una reunión que Massa mantuvo en esta capital con petroleros privados encabezados por el senador neuquino Guillermo Pereyra. Yo sigo adelante, aseguró entonces el diputado y ex intendente de Tigre, entusiasmado con la posibilidad de competir en las PASO con el mandatario cordobés José Manuel de la Sota. Aunque éste, a la vez, no deja de tirar guiños amistosos hacia Daniel Scioli, del Frente para la Victoria. Son muchas las conjeturas. Las reyertas intestinas. Y las proyecciones en un escenario dinámico. El domingo pasado salió airoso, en Salta, Juan Manuel Urtubey, del FpV, que en la presente jornada podría ser relegado tanto en Santa Fe como en Mendoza, dos provincias de mayor envergadura. La próxima semana, vendrán los testeos en capital federal y Neuquén. En el primero, el Pro es banca y en el segundo, el MPN. (...)".

N°2: La devaluación que ya ocurrió pero nadie se atreve a confesarlo y por eso este 'veranito' que consigue Cristina. Pésimo la oposición al aceptar el silencio.

Martín Tetaz en el diario El Día, de la ciudad de La Plata: "El golcito modelo 2009 tenía destino de 60.000 pesos, que idealmente ayudados por un ahorro adicional se iban a transformar en un modelo quizás dos años mejor. Pero vino la inundación del 2 de abril y el coche se convirtió en bote, acabó montado sobre otro auto con el motor completamente inutilizado y perdió buena parte de su valor. El dueño sin embargo no quiso jamás aceptarlo y siguió publicando el rodado en los clasificados, siempre con el mismo resultado. Inexorablemente el interesado pedía ver el motor con un mecánico amigo que lo convencía de que ya hacía tiempo que había perdido buena parte de su valor. La analogía no es caprichosa, porque esta semana volvió al centro del debate la cuestión del dólar y la discusión sobre la posible eliminación del cepo, a partir del sincericidio de Miguel Bein, economista preferido del principal candidato a Presidente del oficialismo, quien palabra más, palabra menos, dijo que no va a ser tan fácil salir del cepo y que la administración de divisas iba a continuar por un tiempo.

La alternativa, en sintonía con la propuesta tanto de Macri como de Massa es la eliminación de las restricciones a la compra-venta de divisas y la liberación y unificación del mercado de cambios. El argumento de muchos gradualistas como Bein es que si eso ocurre se produciría una fuerte devaluación que generaría una caída de los salarios reales, entre otros males.  Pero el problema es que así como el golcito ya perdió buena parte de su valor el mismo día de la inundación, independientemente de que su dueño no quiera bajarle el precio, la moneda doméstica ya vio erosiado su poder de compra por culpa del sostenido proceso inflacionario, a punto tal que muchos están planteando la necesidad de imprimir billetes de 200, 500 e incluso 1.000 pesos, porque todo el mundo sabe que los de más alta denominación no alcanzan en la actualidad prácticamente para nada. Más concretamente, desde que asumió Cristina Fernández en diciembre del 2007, el peso argentino perdió el 80% de su poder de compra, en términos de bienes y servicios de nuestra economía. Con una excepción. Si usted en vez de comprar, pan, leche, pagar el alquiler o lavar el auto, desea comprar dólares, el poder de compra de los pesos cayó solo 65%. Puesto en otras palabras; la capacidad adquisitiva de la moneda local cayó un 80% para comprar bienes argentinos, pero sólo un 65% para adquirir bienes que cotizan en dólares. Evidentemente algo no cierra. O los precios de los bienes y servicios en Argentina están muy altos o el dólar está muy barato. La explicación de la aparente paradoja es que en realidad el peso ya se devaluó, pero por alguna razón (bajar la inflación y ganar elecciones) el Gobierno insiste en hacerle creer a la gente que el poder de compra de nuestra moneda cayó respecto de todos los bienes pero no lo hizo en igual medida respecto del dólar. Insiste el Ejecutivo en que el golcito, inundado y todo, sigue valiendo 60.000. (...)"

N°3: Horacio Stiuso como 'la esperanza blanca' de Grupo Clarín, toda una paradoja.

Eduardo van der Kooy en el diario Clarín, de Ciudad de Buenos Aires: "(...) Stiuso sigue siendo un enigma y un desvelo para Cristina. El espía conoce como nadie los enjuagues kirchneristas de la década. No sólo por el ataque a la AMIA y el pacto con Irán. También por la circulación de dinero negro, los negociados, aprietes (a políticos, empresarios, periodistas y particulares) y hasta muertes. Semejante poder le fue concedido por Néstor Kirchner. Stiuso fue determinante para la denuncia que hizo Nisman antes de morir. Le suministró parte de las pistas dispensadas por la CIA y el Mossad israelí. El nuevo jefe de la Inteligencia, Oscar Parrilli, lo citó a declarar el pasado 6 de abril por presuntas fallas en su investigación del atentado contra la AMIA. Jamás se presentó. El kirchnerismo empieza a estremecerse ante la posibilidad de alguna ingrata sorpresa.

Los fiscales de la unidad AMIA que reemplazan a Nisman han vuelto a citarlo para esta semana. Pero ninguna autoridad sabe a dónde enviarle la citación. El Gobierno está desconcertado. Ni siquiera lo declaró en rebeldía. Stiuso sería técnicamente un prófugo. Que incluso posee causas judiciales promovidas por el poder. Desapareció entre brumas después de declarar ante la fiscal Fein por la muerte de Nisman. ¿No puede rastrearlo la Agencia Federal de Inteligencia? ¿O es que los nuevos ojeadores designados en esa organización –varios camporistas– no son tan eficaces como los antiguos? ¿En que ocupa su tiempo el equipo de Inteligencia que responde al general César Milani? El espía circula por Estados Unidos y habría estado recorriendo el espinel de la CIA. Fuentes diplomáticas aseguran que Stiuso pensaría gestionar su condición de asilado político. Lo fundamentaría en su “temor razonable” a una persecución. Estaría ordenando sus argumentos para presentar la declaración jurada que exige la normativa estadounidense. Información no le falta. 
La onda expansiva, de concretarse el objetivo, podría ser quizás letal para el Gobierno. Stiuso se desempeñó muchos años como director de Operaciones de la ex SIDE. Ese departamento posee delegados en las principales embajadas argentinas en el mundo. La desesperación indujo a Parrilli a pedirle a Héctor Timerman un relevamiento del personal en aquellas sedes diplomáticas. ¿Podría activar Stiuso, ahora o más adelante, esa maquinaria de espías en contra del Gobierno? (...)".

N°4: Una obesión K es controlar la Justicia, y en ese contexto ni el frágil Ricardo Lorenzetti le merece confianza...

Carlos Sachetto en el diario Los Andes, de la ciudad de Mendoza: "(...) Con un escueto "No hay nada, que yo sepa", el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, desestimó el lunes pasado la información que daba cuenta de la intención del Gobierno de modificar la Corte, y volvió a poner en duda la capacidad mental del ministro Carlos Fayt, de 97 años, para cumplir con sus obligaciones. Quedó claro que él no se privará de servir de apoyo con sus miserias cotidianas, pero que al trabajo sucio más importante lo harán los senadores. La discusión sobre si los nuevos cinco miembros de la Corte serían designados con los dos tercios de los votos del Senado, o si se ubicarán en ese lugar los conjueces ya nombrados con mayoría simple que responden al kirchnerismo, lo que sería un procedimiento inconstitucional, oculta quizás el dato más alarmante que ya dimos a conocer en esta columna.

Con sólo promulgarse la ley llevando a nueve a los supremos, y aunque no haya designaciones, la actual Corte quedará paralizada y dejaría de funcionar. Eso sucedería porque la nueva mayoría para producir fallos pasaría a ser de cinco firmas y hoy hay sólo cuatro que pueden hacerlo. Es obvio que entre el bloqueo operativo al máximo tribunal y las nuevas designaciones -constitucionales o no-, se produciría un conflicto de poderes de proporciones inéditas, y una grave crisis institucional en pleno calendario electoral para el cambio de gobierno. Ante un hecho de esta naturaleza, ¿cuál sería la actitud de los funcionarios del Poder Judicial que no se alinean con la agrupación kirchnerista Justicia Legítima? ¿Saldrán a defender a la Corte como salieron los fiscales a manifestar su indignación por la muerte de Alberto Nisman? Otros interrogantes pertenecen a la oposición política, que al menos en el Senado con su negativa a votar el pliego de Roberto Carlés -candidato oficial para reemplazar a Eugenio Zaffaroni- logró que el kirchnerismo lo sacara del temario. Pero nadie está en condiciones de asegurar que todos los que ahora se negaron a votar a Carlés no estén dispuestos a negociar algún nombre que les convenga para llegar a la Corte. 

N°5: Notable descripción del sciolismo, movimiento kitsch que ha construído Daniel Scioli con la ayuda invalorable de su hermano Gerardo Werthein, Carlos Corach y Alberto Pérez:

Joaquín Morales Solá en el diario La Nación, de Ciudad de Buenos Aires: "Algunas noches en la casa de Daniel Scioli, en Tigre, son una mezcla increíble de la especie humana. Economistas y modelos, periodistas y cantantes, políticos (a veces extranjeros) y punteros barriales, deportistas y empresarios se conocen o se reencuentran en La Ñata. Muchos no piensan lo mismo sobre nada y, sin embargo, terminan en abrazos entre pizzas y pastas. Scioli dirige esa orquesta desafinada, pero se cuida de que su opinión pueda darles la razón a unos u otros. Él habla, y mucho, pero no opina. Se mueve con cierto placer en ese mundo donde casi todo es contradictorio y casi nada es ideológico. Esa manera de vivir lo deja a salvo de las cosas que él mismo dice sobre el Gobierno. Sabe que la gente común no lo considera un kirchnerista ni un cristinista. ¿Para qué recalcar lo que es obvio? Menos lo hará ahora, cuando está viviendo sus mejores días en muchos meses. Los sondeos lo siguen halagando (tiene un 33% de intención de voto según la encuesta de Poliarquía que publica hoy LA NACIÓN) y Cristina Kirchner ordenó una tregua en su balacera permanente contra el gobernador. Es una tregua y, como tal, puede ser fugaz. Ella detesta ese mundo tan propio de Scioli. Cristina abandona el martilleo sobre él cuando éste se arrima a un eventual triunfo en primera vuelta. Pero regresa con violencia no bien Scioli desciende en las mediciones de opinión. La posterior agresión de los voceros presidenciales es una ayuda extraordinaria para el gobernador. Le permite recuperar los números perdidos. Ese círculo es infinito y perpetuo. Scioli tiene un único y excluyente propósito en su vida: ser presidente. Pagará el precio que tenga que pagar. No le dirá que no a nada que le proponga Cristina. Si Axel Kicillof debe ser su candidato a vicepresidente, lo será. Si la Presidenta quiere escribir las listas de candidatos a diputados nacionales y liderarlas ella, así será. Conoce de antemano que Cristina nunca le indicará los nombres de sus ministros, no por generosidad, sino por especulación. ¿Para qué se comprometería ella con un gobierno al que, más pronto que tarde, combatirá?

Cristina puede reconciliarse tácticamente con Scioli, pero nunca será éste un hombre de su confianza. No encaja (ni encajará nunca) en la visión extremadamente ideológica de la Presidenta ni en su estética, inclinada hacia los jóvenes convencidos de la retórica y la simbología revolucionarias. Scioli lo sabe. Pero él no necesita de su cariño; es suficiente con que Cristina no quiebre la relación de fuerzas en las primarias de agosto.

¿Y cómo sería el después para Scioli si llegara a la Presidencia? Depende de a quién se escucha.  (...)".

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