EA 779 - Fernando Javier Butti, breve biografía

Fernando Javier Butti, breve biografía

Fernando Butti es un personaje ligado a la pesada trama del empresariado y la política en Santa Cruz (Argentina), especialmente vinculado al entorno de Lázaro Báez y el poder kirchnerista. 

Trabajó como contador en Austral Construcciones y fue artífice de las compras de más de una decena de estancias para Báez, por las cuales circularon cerca de 27 millones de dólares en efectivo.

En 2006, ese dinero fue embargado por sospechas de lavado en Liechtenstein; Butti estuvo al frente de las negociaciones para intentar recuperar los fondos.

El fiscal Guillermo Marijuán lo identificó como posible testaferro de Báez, y se sospecha que se quedó con dinero durante las transacciones.

Fue imputado en causas por emisión de facturas truchas y evasión por casi 6 millones de pesos, relacionadas con su anterior rol en la constructora Palma SA.

Tras su salida del lote empresarial de Báez hacia finales de la década de 2000, volcó sus inversiones en varios sectores: inmobiliario, gastronomía (carnicerías, deliverys), combustibles, comunicaciones, entre otros .

Según fuentes, se enemistó con Báez cuando se descubrió que había lucrado por su cuenta, y su explosión de riqueza despertó el malestar del empresario.

En 2014 comenzó a trabajar en Río Gallegos para el Centro Articulador de Políticas Sanitarias, dirigido por Rocío García — pareja de Máximo Kirchner —, donde desempeñó funciones como empleado, proveedor y asistente.

Utilizaba una camioneta del Ministerio de Salud y gestionaba el traslado de insumos a nombre suyo, según reportes de medios y fuentes entrevistadas.

Sigue bajo la lupa de la justicia federal por su papel en maniobras de lavado y evasión. Aun distanciado de Báez, mantiene una red consolidada de negocios en Santa Cruz.

Fernando Butti pasó de joven contador de la constructora más poderosa de Santa Cruz a un operador multifacético con sospechas sobre su patrimonio, con una marcada trayectoria dentro del kirchnerismo regional.

Butti se casó con Andrea Cantín, hija de Raúl Cantín —exconcejal de Río Gallegos y tío de Lázaro Báez— lo que lo introdujo en el círculo político-empresarial patagónico.

Raúl Cantín y su sobrino Báez utilizaban a Fernando Butti como nexo clave en operaciones relacionadas con la obra pública y bienes raíces.

En Río Gallegos, Butti actuó como interlocutor entre Báez y el entonces intendente —hijo de Cantín— facilitando que Báez ingresara en los proyectos municipales con fondos nacionales.

Así, Butti no solo fue un operador financiero dentro de Austral, sino también un puente político entre la red Báez–Cantín y funcionarios locales.

Desde 2003, la familia Kirchner y Báez consolidaron una estructura llamada “Grupo Calafate”, con fuerte presencia en Santa Cruz.

Butti, en su rol de contador y apoderado de múltiples firmas clave (Austral y otras), fue un actor relevante en el direccionamiento de obra pública destinado a empresas alineadas con ese grupo.

En 2014 pasó a desempeñarse en el Centro Articulador de Políticas Sanitarias en Río Gallegos, área coordinada por Rocío García, pareja de Máximo Kirchner, estrechando vínculos con el círculo inmediato de Cristina.

Allí actuó como empleado, proveedor y asistente, y utilizó recursos del Estado nacional (camioneta, logística) bajo una línea directa con el kirchnerismo central.

Báez le retiró poderes en 2009-2010 tras descubrir que Butti estaba mezclando fondos oficiales con proyectos particulares sin autorización.

Aun así, su posición familiar y política lo protegió —incluso Báez mantuvo vigilancia sobre sus proyectos posteriores.

Fernando Butti consolidó una red que unía intereses empresariales, políticos y familiares. Su acceso a Báez y los Kirchner se canalizó a través de relaciones íntimas (Cantín, Rocío García, Máximo), locales (intendencia de Río Gallegos) y nacionales (programas de salud), lo que le permitió operar como gestor, financista y administrador dentro del esquema K en Santa Cruz.

Recopilación 14/07/2025

Inteligencia Artificial



Comentarios